
La británica Julie Swallow (The Brain Tumour Charity)
Me han diagnosticado un tumor cerebral a los 56 años: este es el síntoma "ridículo" que ignoré y que España desconoce
En ocasiones los síntomas neurológicos pueden ser complejos de interpretar, pero hay ciertos indicios que no podemos pasar por alto.
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Los síntomas neurológicos que se producen cuando se sufre un accidente cerebrovascular son sobradamente conocidos: dificultad para hablar de forma repentina, problemas para caminar o torpeza motora súbita, parálisis o pérdida de fuerza de un lado del cuerpo, e incluso un dolor de cabeza súbito y de muy elevada intensidad.
Sin embargo, aún se dan casos para los que cuesta interpretar los síntomas de un problema neurológico. Los pacientes pueden pasarlos por alto o considerarlos demasiado "ridículos" como para acudir a consulta. Eso fue lo que le ocurrió a Julie Swallow, una mujer de Cambridgeshire (Reino Unido) que notó hormigueos en el pie y pierna derechos mientras paseaba a su perro. Después, experimentó dificultad para caminar, pero siguió sin darle importancia.
La mujer de 56 años decidió finalmente referir el caso a su médico de cabecera, el cual la instó a acudir a urgencias. Ella seguía escéptica: argumentaba que quizás "se le había pinzado un nervio". Pero su diagnóstico final fue devastador: Julie sufría un tumor cerebral tan avanzado que apenas le daban unas semanas de vida. Al empezar el tratamiento, no obstante, la británica ha conseguido superar los pronósticos más pesimistas.
Antes de iniciar todo este cuadro clínico, Julie ya había sobrevivido a un cáncer de mama. Sin embargo, tras realizarlo una tomografía cerebral, se detectaron dos tumores inoperables en su cerebro. También se le indicó que la quimioterapia no era una opción en su caso. Se le pautó tratamiento en forma de inyecciones mensuales, junto a una resonancia magnética y una tomografía de seguimiento para controlar el crecimiento de los tumores.
"Un médico me dijo que probablemente me quedaban unas tres semanas de vida, y que se lo dijese a mi marido y mi familia. Pero aquí sigo. Como siempre digo, mi muerte es algo entre Dios y yo, no entre mi médico y yo. Tarde o temprano me pasará factura, pero mientras tanto, afronto cada día como viene".
De hecho, a principios de este mes de marzo se le descubrió y extirpó un tercer tumor, y recientemente ha finalizado el tratamiento con radioterapia por un cuarto que apareció a lo largo de estos años. "El que me extirparon me causó los mayores problemas de recuperación. No podía caminar bien y desde entonces he tenido muchos problemas de movilidad. No soy una persona muy religiosa, pero soy extremadamente testaruda y sigo luchando a diario".
Además, tras esta experiencia, Julie valora que actualmente aprecia más y mejor los pequeños momentos de la vida, sin preocuparse en exceso de determinados problemas. "Hay algo bueno en cada día, y simplemente lo busco. Tengo dos opciones: puedo ocuparme de vivir o puedo ocuparme de morir. Voy a estar ocupada, pase lo que pase".
Para finalizar, Cameron Miller, Director de Asuntos Externos y Estrategia de The Brain Tumour Charity, una organización benéfica británica dedicada a financiar investigación sobre los tumores cerebrales, ha recordado la importancia de concienciarse de "los signos y síntomas secundarios a los tumores cerebrales para garantizar que cualquier persona afectada pueda obtener el diagnóstico, tratamiento y apoyo que necesita lo antes posible".
"Las señales de alerta varían según la edad, tipo de tumor y ubicación a nivel cerebral. Sin embargo, animamos a cualquier persona preocupada por un síntoma inusual, sobre todo si es persistente o si experimenta una combinación de síntomas, a que consulte con su médico", concluye Miller.